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lunes, 22 de febrero de 2016

Bajo el manto de polvo africano

Seguro que la mayoría habrá advertido estos días una especie de neblina que apenas deja ver unos cientos de metros y que se ve muy bien desde zonas altas cuando miramos a los valles.

Esto no es ni neblina ni contaminación ni nada por el estilo. Es polvo en suspensión procedente del norte de África, de la inmensidad del desierto más extenso del mundo, el Sáhara.






Estas irrupciones de polvo sahariano son relativamente  frecuentes, y se dan más frecuentemente en los períodos cálidos del año. Varían de intensidad y hay veces que las advertimos menos porque son menos intensas, pero en el sur de la Península se estima que un tercio de los días del año nos vemos afectados en mayor o menor medida por este polvo africano. Algo por otra parte normal pues no estamos demasiado lejos del desierto.

Episodios como el de estos días, que han afectado incluso a zonas del norte peninsular y del sudeste francés, son mucho menos frecuentes.

Yo lo pude comprobar ayer, cuando volvía de Sevilla tras participar en mi 15 maratón, y todo el Valle del Guadalquivir parecía sumido en una niebla de color marrón.

Evidentemente el polvo viene empujado por los vientos de componente sur, que han elevado nuevamente las temperaturas a registros primaverales, con máximas por encima de los 20ºC en muchas zonas.

Si en algún sitio se producen precipitaciones serán en forma de barro, algo que hemos comprobado alguna vez al coger nuestro coche, y que no te sienta demasiado bien sobre todo si has pasado recientemente por el "car-wash".

Las imágenes de la masa de polvo desde la Estación Espacial Internacional es realmente bonita.

Este fenómeno se mantendrá hasta el miércoles, cuando el cambio de viento hará que se vaya desplazando hacia territorios más al este peninsular hasta dejar de afectarnos.

Los problemas que produce, aparte de dificultad el vuelo de aeronaves por falta de visibilidad, o en la generación de energía solar por impedir a llegada de los rayos solares, también puede provocar problemas respiratorios en personas sensibles.



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