Fue una visita realmente agradable y pudimos comprobar la hospitalidad de Victoria, que nos mostró con toda la ilusión la estación que tantos años lleva administrando y mimando. Lleva la afición a la meteorología en las venas, pues apenas ha faltado a su cita puntual con la recogida de datos durante todos estos años. Incluso estando enferma en multitud de ocasiones no ha dejado de apuntar los datos recogidos.
Es digna de admiración su dedicación y su pasión por esta afición, pues ella tiene una enfermedad crónica, la enfermedad de Raynaud, una patología microvascular que afecta a zonas acras (manos, pies), y los fríos inviernos de Rute le van como a un tiro a su dolencia. Nos contó que en estas fechas lo pasa muy mal debido a las frecuentes heladas, con dolor intenso sobre todo en sus manos, que tiene realmente deterioradas. Pero es más su pasión por este bonito hobby. Y se pone su bufanda y sus guantes y da su paseo matinal, a veces incluso bajo la nieve.
La estación es como podéis ver, es una estación Aemet clásica, con su garita típica de madera y todos sus elementos de precisión (termómetro de máximas y mínimas, termohigrógrafo, Hellmann de 200 mm, etc). Pero hay que apuntarlo todo manualmente y luego mandarlo por correo a Aemet. Y ella lo hace diariamente.
Quiero agradecer a Victoria su hospitalidad y amabilidad, y desearle que siga muchos años más registrando esos datos para todos nosotros.
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