Tras más de 3 semanas con cielos plomizos e incesante lluvia, vientos huracanados y borrascas con nombre propio, hacemos un paréntesis de 72 h para descansar unos días.
Hacía tiempo que no llovía tanto en tan poco tiempo, y que no veíamos fuentes brotando con tanta fuerza, saltos de agua o cascadas que solo se ven muy de tarde en tarde y pantanos llenarse a velocidad de vértigo.
Nos tomamos un respiro hasta que el Jueves Santo comiencen de nuevo las hostilidades pluviométricas, pero dejemos que algunas cofradías muestren el trabajo de todo un año.
Yo hace un par de semanas, en plena vorágine borrasquil, tuve la oportunidad de hacer un viaje a una zona que apenas conozco, la zona occidental almeriense. Siempre aprovecho para llevarme mi cámara, ya que las zonas de costa suelen ser un filón de aves a fotografiar. Es un poco engorro cargar con el equipo, pero suele merecer la pena. Lástima que los dos días que estuve por la zona de Aguadulce-Roquetas, fueron lluviosos y las condiciones para la toma de imágenes algo dignas no se dieron.
Siempre trato de capturar alguna especie nueva en mis imágenes, de sumar nuevas especies a mi lista, como el que colecciona sellos, y en este caso me traje un rico botín.
Bajo una lluvia casi constante y fuertes vientos, pude fotografiar algunas especies poco frecuentes de ver. Una de ellas es la Gaviota de Adouin, especie que se consideró hace años en grave peligro de extinción, y que se ha recuperado poco a poco y en la zona del Mediterráneo es factible localizarla. Nunca la he visto en las costas atlánticas onubenses. Aquí la pude encontrar acompañando a las muy numerosas Gaviotas Sombrías y Reidoras, y aunque nunca me había tropezado con ellas, es relativamente fácil de identificar, sobre todo por su pico rojo intenso, su blanco inmaculado y su lomo gris plateado.
También muy numerosas las Reidoras, en diferentes fases de plumaje, pero ya cambiando al de verano, con sus características cabezas de color chocolate. Otras aún tenían la librea invernal, y también había ejemplares inmaturos. Iban acompañadas por Charranes Patinegros, también en fase de cambio a plumaje nupcial.
También pude hacerme con imágenes del Correlimos Tridáctilo, especie que nos visita en invierno procedente de tierras árticas, a las que estaba a punto de volver para iniciar sus labores de crianza. Aún con su plumaje plateado invernal, se alimentaba en las charcas junto a la costa. La bandada estaba acompañada de un único ejemplar de Correlimos Menudo, muy diferenciable por su menor tamaño, ambas especies nuevas para mí.
Pero unos de los pájaros a lo que tenía gana de "cazar", es sin duda el Pechiazul, o ruiseñor azul, pequeño pájaro que nos visita procedente del norte. Fue una sorpresa tropezarme con uno, ya con un plumaje bastante bonito, y aunque solo pude tomar unas fotos rápidas ante de que desapareciera en las espesura de los cañaverales, ya lo tengo para siempre entre mis capturas.
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