Hoy hemos estrenado el verano astronómico, y aunque parezca raro, comenzamos poco a poco a restar segundos de luz a los días.
Tras una primavera absolutamente apasionante, totalmente sorpresiva ya que ni las mejores predicciones auguraban algo parecido a lo que ha ocurrido, con lluvias muy abundantes en muchos sitios peninsulares, que han acabado con la sequía, o que la han aliviado en otros. Ha sido la más lluviosa desde 1965.
Las temperaturas que nos acompañaron hace un par de semanas, completamente anormales y más propias de marzo, han pasado a la historia. Hemos vuelto a registros normales para la recta final de Junio, y aunque al principio nos ha dado el bofetón de calor ya que no estábamos acostumbrados, ahora ya estamos completamente adaptados a máximas normales para los sureños, que oscilan entre los 35 y 40 grados de máxima.
Nada anormal para estas fechas, y muy benévolas comparadas con las del año pasado, donde ya rozamos los 44ºC. Este año apenas si hemos pasado unas décimas de 40ºC, y la mayoría de días no hemos llegado ni a 39ºC, realmente una bendición.
Las máximas subirán de hoy al domingo, tocando techo de nuevo con los 40ºC o incluso 41ºC, para después volver a bajar la semana que viene. Creo que no nos podemos quejar.
Estamos en la gloria, porque no es lo mismo 38 que 43 o 44, y las noches aún son bastante aceptables. Aunque se consideran noches tropicales pues no bajamos en la capital de la barrera de los 20ºC, son mínimas que te permiten dormir sin problemas. Rondamos los 22-23ºC de mínima, algo bastante llevadero.
El problema viene cuando las mínimas no bajan de los 25ºC, y eso se logra al amanecer, pero gran parte de la noche se mantienen incluso por encima de los 30ºC. Son los peores días del verano, y esperemos que no nos vengan muchos de esos.
Las previsiones para el verano se ve que han sido retocadas, las condiciones atmosféricas parece que van a ser propicias para que haya pequeñas entradas de aire más frío, y la masa de aire africana se nos mantiene a distancia. Esto va a propiciar que las máximas no sean extremadamente altas, y es posible que este verano sea el más fresco de los últimos 4 años.
Esto rompe la tendencia de que cada verano era más caluroso que el anterior, y recordamos que el del año 2017 batió todos los récords y dejó las máximas más altas de la historia de España, con los 46,9ºC de Córdoba-Aeropuerto (que serían algunos más en la urbe), y los 47,3ºC de Montoro, ambos de infausto recuerdo.
Esperemos no volver a repetirlos, ni tan siquiera acercarnos a registros tan crueles e inhumanos para los que los sufrimos.
En zonas del Ibérico sur, aún brotan fuentes y corren arroyos y pequeños ríos como el Zafrilla, que hacía muchos años que no se veían correr a las puertas de Julio. Desgraciadamente han sido muy escasas las precipitaciones en estas 3 semanas de Junio, ojalá mejore esta última semana.
Las mínimas por allí siguen aún bajas, y hoy heló levemente en algunos sitios del Ibérico sureste turolense. La Veredilla marcó la más baja de Cuenca con 3 gradetes, no está nada mal.
Veremos si los pronósticos se cumplen y disfrutamos de un verano plácido y no excesivamente caluroso.
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