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lunes, 29 de mayo de 2017

Las lluvias se resisten


Tras la bajada de registros máximos por la entrada de una masa nubosa de origen atlántico, hemos dado una ligera tregua al calor que ya comenzaba a ser preocupante. Se han batido algunos registros tanto de máximas como de mínimas para Mayo, y curiosamente las máximas hoy no se han ido a zonas sureñas, sino que se han registrado en zonas norteñas como País Vasco, Cataluña o Aragón, donde han vuelto a superar ampliamente la barrera de los 30ºC.


Temperaturas mínimas (ºC)
ObservatorioMín.
Collado Verde (Cuenca)3,6
Zafrilla (Cuenca)4,4
La Veredilla (Cuenca)6,3
Valdollano (Cuenca)6,7
Zafrilla Ayuntamiento (Cuenca)7,8
Manzanera (Teruel)8,2
Barruera (Lleida)8,6
Uña - La Cañadilla (Cuenca)8,6

En Córdoba, los nublados han mantenido el día realmente fresco para finales de Mayo, no superándose los 28ºC, una gozada. Recordemos los más de 42ºC registrados hace un par de años por estas fechas.

Por el cuadrante noroccidental se han registrado precipitaciones que apenas se han extendido más allá, aunque los "nublos" han sido casi el factor común, incluido el sur.

Otra historia es la lluvia, que ni está ni se la espera en lo poquito que nos queda de mes. Hay zonas con un déficit hídrico tremendo, y buena prueba de ello son los ridículos 150 mm recogidos en lo que llevamos de año en la zona de Zafrilla. Rute apenas si lleva 130 mm este año.

Las mínimas se siguen manteniendo bastante suaves, y solo los clásicos polos habitados del frío, que ya conocemos tan bien, mantienen un poco el tipo. Collado Verde, con 3'6ºC hoy marcó la mínima nacional, algo que suele ocurrir con frecuencia. Hoy sí batió a la otra bestia inversora, Alcalá de la Selva, con 4ºC.

Yo he pasado el fin de semana en tierras onubenses, donde también los nublados y el viento de poniente han sido la tónica, con máximas muy agradables.

Siempre busco la soledad de las playas a primera hora de la mañana, cuando estoy solo con la naturaleza, en este caso disfrutando de esa brisa marina corriendo por la costa. Las bajamares espectaculares y kilométricas de La Antilla e Islantilla son el marco perfecto para una buena salida a rodar, en compañía de charranes y gaviotas. Y a veces te encuentras con sorpresas como esta gran manta-raya traída por el mar, de más de un metro de largo.

Siempre huyo de las muchedumbres, de las aglomeraciones, del ruido artificial, voy a los sitios que la gente no frecuenta o en el tiempo donde la mayoría de la gente no va, y busco la compañía de la naturaleza. Por eso me gustan sitios como Zafrilla, sobre todo en invierno y con -15ºC, cuando apenas 50 almas moran por la villa.

Espectacular la visión de una playa en la que no cabe un alfiler en verano, sin un alma. Me he reencontrado con una playa que visito todos los años desde hace casi 50, y he podido recordar momentos maravillosos vividos en mi infancia y adolescencia, momentos con mi familia, que ya no volverán.  La playa ha cambiado tanto en estos años, y a la vez tan poco.

Entonces ni los coches ni las carreteras eran como ahora, e ir a 270 km era casi trasponer al fin del mundo, en un viaje apasionante de más de 6 h, que iniciábamos a media noche y concluíamos al amanecer. Nos sentíamos como colonos, ya que apenas había cordobeses por allí, debido a la gran distancia.

Pero admirar aquellas playas casi vírgenes, de arena dorada, interminables, nos hicieron enamorarnos rápidamente de ellas y volvimos cada año desde entonces. Solo los mosquitos las hacían un poco incómodas.

Ya nada es como antes. No hay ni mosquitos.


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