Y afortunadamente. Porque aunque nos hayamos lanzado a las terrazas de los bares a tomar cervecitas con caracoles, y los propietarios de estos establecimientos estén frotándose las manos, siendo realista esto no es nada bueno. Claro, a ellos eso les dará igual.
Porque realmente no miramos más allá de nuestro horizonte más mediato, sin irnos un poco más allá, cuando muchos de nosotros ya no estemos aquí. Pero claro, el que venga detrás, "que jarree", como decimos por aquí, o que se las apañe como pueda. Pero yo a lo mío. Dentro de 100 años, todos calvos.
Y a todos nos gusta salir a mediados de marzo en manguita corta a disfrutar de las múltiples terrazas, y tomarnos unas birras fresquitas, pero miremos al futuro y pensemos qué es lo que será de los que nos continuarán, nuestros hijos y nietos.
Si en la primera quincena de marzo hemos alcanzado los 35ºC en algunos sitios peninsulares, ¿qué vamos a dejar para cuando llegue junio, o julio?. Quizá la tan discutida barrera de los 50ºC, que hay por ahí artículos que dicen que se ha podido tocar en España, concretamente en zonas cercanas al Guadiato cordobés, esté a tiro de piedra al ritmo que vamos.
No sé qué pasará este año, pero los acontecimientos se precipitan a un ritmo vertiginoso, y podríamos ver en los próximos veranos temperaturas máximas jamás conocidas en nuestra querida piel de toro.
Que le pregunten a los abuelos de Zafrilla si conocen muchos años donde las máximas a primeros de marzo han alcanzado los 25ºC. Realmente demencial.
Esta masa africana, que cada vez es más frecuente que suba de latitud y acabe engulléndonos, lo ha vuelto a hacer y ha disparado los registros. Esas incursiones cada vez son más comunes y, como dije hace poco, son como el canario en la mina de carbón, ese que avisaba a los mineros cuando había escapes de grisú. Si moría el pajarillo, todos a correr.
Estos avisos nos dicen que solo es cuestión de tiempo que acabemos engullidos por un clima sahariano, que dejará, al menos el sur de España como un auténtico erial.
Afortunadamente esta situación ya ha comenzado a cambiar y a normalizarse, y la masa se retira a su sitio natural, de donde no debería salir y ha comenzado a entrar una masa nubosa acompañado de aire frío en altura que esta tarde ha desplomado los termómetros por donde ha pasado.
Observatorio | Mín. | |
---|---|---|
Vega del Codorno (Cuenca) | -2,8 | |
Collado Verde (Cuenca) | -1,5 | |
Valdollano (Cuenca) | -1,0 | |
La Veredilla (Cuenca) | -0,3 | |
Cantalojas (Guadalajara) | 0,7 | |
Checa (Guadalajara) | 0,7 | |
Zafrilla (Cuenca) | 1,7 | |
Zafrilla Ayuntamiento (Cuenca) | 1,9 |
Si esta mañana en Zafrilla gozaban de un sol radiante y máximas de 15ºC, ahora cae agua nieve, con registros muy poco por encima de los 0ºC.
Vamos, lo habitual, o lo que debería ser común en esta época.
La cota de nieve va a bajar y casi con seguridad volveremos a ver la zona nevada, lo comprobaremos mañana cuando tengamos las primeras imágenes.
La semana próxima va a transcurrir de forma similar, con cielos nubosos y posibilidad de chubascos durante toda la semana. El viento en el Ibérico va a pegar bastante, y las alertas se han activado tanto por viento como por lluvia y nieve.
La zona levantina es la que va a pillar más aire y agua, y posiblemente se acumulen hasta 100 mm de agua en algunas zonas.
Seguiremos muy de cerca este bendito cambio de tiempo, volviendo al invierno, que es lo que toca.
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