Ayer se completó el recorrido de un largo camino de casi 4 años desde que se me ocurrió la disparatada idea de colocar una estación permanente transmitiendo datos en un emplazamiento que visitaba poco más de 1 mes al año. Ayer le fue concedida a la estación PCE en Rute la estrella amarilla de máxima calidad como estación termopluviométrica y eólica tras un año transmitiendo sin apenas errores.
Han sido muchos viajes, mucho sacrificios y quebraderos de cabeza los que hemos sufrido durante todo este tiempo, intentando solucionar los múltiples problemas que genera una estación de este tipo. Hace ahora un año, se pulieron poco a poco los últimos detalles para que la estación saliera a la luz de forma constante y desde entonces las cosas han ido realmente bien.
Precisamente hace unos 15 dias aproveché para hacer unas labores de mantenimiento de la estación, aplicando una nueva capa de pintura a la garita, y engrasando bien el cojinete del anemómetro que había quedado un poco oxidado por las intensas lluvias.
Nada de esto hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de mi cuñado Goyo, responsable de la estación en Zafrilla y colaborador de la recién estrenada estación de Arroyo Cerezo en el pequeño rincón de Ademuz. Él fue el programador del PC y quien hizo que todo fuera realmente como la seda, además de ayudarme activamente a confeccionar una nueva garita para cumplir los requisitos exigidos.
En este último año, el antiguo PC dedicado exclusivamente a mandar datos, ha funcionado como un reloj suizo, y todas las posibles eventualidades que pueden ocurrir en un PC que funciona solo, se han solventado automáticamente de forma magistral gracias a él.
Ya hablaré en una próxima entrada de cómo se hace funcionar un PC dedicado las 24 h del dia, 365 días del año a mandar datos de una estación meteorológica, ya que es un poco complicado.
Ahora disfrutaremos de este magnífico momento y ya lo celebraremos adecuadamente el mes que viene cuando ambos nos veamos precisamente en Rute.
lunes, 22 de julio de 2013
Rute logra la máxima acreditación: el final de un largo camino
Ayer se completó el recorrido de un largo camino de casi 4 años desde que se me ocurrió la disparatada idea de colocar una estación permanente transmitiendo datos en un emplazamiento que visitaba poco más de 1 mes al año. Ayer le fue concedida a la estación PCE en Rute la estrella amarilla de máxima calidad como estación termopluviométrica y eólica tras un año transmitiendo sin apenas errores.
Han sido muchos viajes, mucho sacrificios y quebraderos de cabeza los que hemos sufrido durante todo este tiempo, intentando solucionar los múltiples problemas que genera una estación de este tipo. Hace ahora un año, se pulieron poco a poco los últimos detalles para que la estación saliera a la luz de forma constante y desde entonces las cosas han ido realmente bien.
Precisamente hace unos 15 dias aproveché para hacer unas labores de mantenimiento de la estación, aplicando una nueva capa de pintura a la garita, y engrasando bien el cojinete del anemómetro que había quedado un poco oxidado por las intensas lluvias.
Nada de esto hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de mi cuñado Goyo, responsable de la estación en Zafrilla y colaborador de la recién estrenada estación de Arroyo Cerezo en el pequeño rincón de Ademuz. Él fue el programador del PC y quien hizo que todo fuera realmente como la seda, además de ayudarme activamente a confeccionar una nueva garita para cumplir los requisitos exigidos.
En este último año, el antiguo PC dedicado exclusivamente a mandar datos, ha funcionado como un reloj suizo, y todas las posibles eventualidades que pueden ocurrir en un PC que funciona solo, se han solventado automáticamente de forma magistral gracias a él.
Ya hablaré en una próxima entrada de cómo se hace funcionar un PC dedicado las 24 h del dia, 365 días del año a mandar datos de una estación meteorológica, ya que es un poco complicado.
Ahora disfrutaremos de este magnífico momento y ya lo celebraremos adecuadamente el mes que viene cuando ambos nos veamos precisamente en Rute.
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