Tras unos días de tregua tras el paso de Berenice, que dejó registros memorables en algunas localidades cordobesas, hemos tenido precipitaciones durante el fin de semana, provenientes de una baja en el Mediterráneo, que ha dejado muchos litros, y que nos ha pillado de refilón. Fueron entre 5 y 10 litros los caídos ayer en Córdoba, que se han sumado a algún litro más caído hoy sábado.
Pero se avecina algo mucho mayor para la semana próxima, con la llegada de una nueva DANA, que posiblemente sea nombrada como Caetano, y que nos puede dejar otros 50-60 litros hasta el día de los Santos, completando un octubre memorable, que ya deja más de 130 litros en la capital y más de 290 en los enclaves más lluviosos de la provincia, como son los alrededores de Trassierra, Las Jaras u Hornachuelos.
El sábado ha amanecido más que fresco, con la mínima más baja en Trassierra, de solo 4 ºC, y 9ºC en la capital, día casi invernal. Esta madrugada, donde cambiamos la hora, volverá a ser bastante fresca.
Yo he vuelto al Atlántico, a las costas de Islantilla, para comprobar que el océano aún sigue ahí, y doy fe de ello. Amaneció un día radiante, con solo 10ºC, pero ya esta tarde azota el poniente e incluso ha caído algún ligero chaparrón.
He salido a correr antes del amanecer, disfrutando del contacto con la naturaleza, y he podido aunar tres de mis aficiones, la meteorología, la ornitología y el atletismo.
Han sido 31 kilómetros de puro goce, hasta el final dela barra de El Rompido, donde he podido contemplar a nuestro astro rey, de algo más de 1,3 millones de km de diámetro, emerger del océano. Su salida, sobre las 8h46', muy tardía debido a nuestra posición geográfica, muy al oeste. Magnífica estrella que nos da vida, y que acabará abrasándonos, aunque sabemos que no es para nada de las más grandes, y que juega en Primera REF, algo que esperamos que no suceda con nuestro querido Córdoba, al que veo en estos momentos jugando con el Eldense.
La naturaleza en su más cruda realidad se hace notar, y he podido toparme con una tortuga boba, un alcatraz atlántico y una pardela cenicienta, todas vencidas por Berenice, que en las costas onubenses ha sido especialmente virulenta. También pude ver un pez luna, ejemplar maravilloso de pez pelágico, el pez de esqueleto óseo más grande, que tampoco superó el temporal.
Quedamos a la espera de lo que nos depare la semana próxima, donde los acumulados pueden ser importantes. Sabemos que las DANAS tienen vida propia y prever lo que sucederá con estos fenómenos, cada vez más frecuentes por el calentamiento global, es muy difícil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario