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sábado, 10 de septiembre de 2016

La procesión veredillense

Seguro que nadie ha oído hablar de procesión alguna en La Veredilla.
Y efectivamente así es, pero nosotros hicimos el día 25 la primera procesión de la aldea.


Como sabéis, el día 28 de Agosto hizo un año desde que colocamos nuestra estación solar en la aldea. El balance ha sido muy positivo, pues aunque la cobertura ha sido muy justa, hemos disfrutado durante este año de sus datos, sobre todo en invierno. En cuanto a energía, siempre hemos ido sobrados.

A pesar de todo, ya anticipo que no es un sitio perfecto para inversiones térmicas ya que junto al río se genera siempre una brisa que rompe la inversión casi siempre justo en su momento clave. De hecho, La Veredilla comparte este año la mínima con la estación de Zafrilla Río, ambas -10ºC el 17 de Febrero cuando debería haber diferencias sustanciales.

Eso no quita que sea un polo del frío sin lugar a dudas. Y como bien dice Paco, él vio hace unos años los -22ºC en la puerta de una de las casas.

Efectivamente así fue, pero ese día se rozaron los -27ºC en los mejores sitios de la zona.

Y es que nosotros buscamos el frío dentro del frio.

 Nuestra idea siempre había sido mejorar el problema de la maldita cobertura. Fallaban muchas subidas de datos y las fotos que mandábamos tenían que ser muy pequeñas para poder ser subidas a la web.


Mucha gente me ha dicho que junto a la curva del río hay cobertura para hablar sin problemas. Y es cierto. Pero una cosa es la voz y otra muy distinta los datos. La señal llega rebotada al valle sobre la risca que hay al este, y se dispersa de forma irregular . Y cargar una página en el móvil cuesta mucho.

Evidentemente, el traslado de una estación como esta no es nada fácil. Es cierto que se trata de una estación portátil, pero que en conjunto, con su armazón de troncos, pesa más de 50 kg.


Una persona es imposible que la pueda mover, hay que hacerlo al menos entre dos y de forma coordinada.

Y aquí empieza el relato.

Tras aterrizar en Zafrilla el 23 sobre las 6 de la tarde, con un montón de kilómetros entre pecho y espalda, no pude esperar más, y sobre las 8 de la tarde, ya con poca luz, nos plantamos en la aldea. Goyo ya había asegurado con cuerdas toda la estructura unos días antes para que no se desarmara al moverla, así que la cogimos y la movimos unos 400 m hasta la zona que nos pareció de mejor cobertura, tras buscar por todo el valle. Ésta entra por la zona oeste, procedente de Valdemeca y la dejamos esa noche con esperanzas de mejorar.

Pero no fue así.

Seguíamos con los mismos problemas. Necesitábamos más altura, así que el día 25 nos levantamos muy temprano dispuestos a coger el toro por los cuernos de una forma definitiva.

La idea era subirla al alto, para que la cobertura la captáramos de forma directa, sin rebotes. Allí sabíamos que la cobertura era buena, es una cota 1700 m, y se captan sin problemas los repetidores de Valdemeca. Hasta mi móvil Vodafone tenía buena cobertura. Los de Teruel llegan peor porque tienes la Ceja del Oso justo delante.

La distancia hasta el alto era de unos 600 m en línea recta, solo un poco menor a lo que la habíamos movido un par de días antes. Pero era imposible subir con la estructura por aquella tremenda cuesta.


Así que no había más remedio que subirla en un remolque y dar toda la vuelta.

En un principio pensamos ir hacia el sur, por el Collado de El Mojón y subir por el camino que bajan los toros, pero como era mucha vuelta optamos por seguir hacia el norte, por el Barranco de la Zorra y bajar por la Cañada de la Teda.

El problema es que este camino aunque es más corto, es peor, pues hay varias cuestas muy empinadas con los caminos muy deteriorados por las tormentas caídas el verano pasado.

La subimos en el remolque y nos preparamos para lo que se nos venía encima, un traslado de unos 5 km que se nos harían eternos.

 Fueron más de 2 h de calvario, ya que la estructura botaba continuamente, a pesar de mis intentos para que no lo hiciera subido encima. En una de las ramas con las que nos rozamos, además de dejar mi cara como un Ecce Homo perdimos parte del anemómetro, así que bajé a ver si lo encontraba.


Dije a Goyo que siguiera muy despacio para ganar tiempo y que ya lo alcanzaría corriendo. Tras un buen rato buscando el anemómetro, desistí y seguí corriendo tras él, pero me equivoqué de camino y me planté en la Morra.

Volví sobre mis pasos tras ver que me había pasado el desvío y encontré a Goyo que me buscaba y cuando vimos la estructura se nos vino el mundo encima. La caja que contiene todos los elementos de la estación se había desfondado y se había roto la tapa. La batería, que pesa unos 12 kg, se había caído por la rotura de la bridas que la sujetaban, todo se había desconectado, vamos todo estaba descuajaringado.

Al bajarme de la estructura los botes fueron mucho más violentos según me dijo Goyo, gran error por nuestra parte. Volví a subirme y por fin llegamos al sitio objetivo. Yo estaba lleno de golpes y arañazos por todas partes, intentando evitar las vibraciones de la estructura.

Cuando llegamos hicimos un chequeo rápido de daños, pues pensamos que había algo roto con seguridad. Comenzamos con la reconstrucción de todo aquel desastre y comprobamos con asombro que tras conectar todo de nuevo, volvía a funcionar.

No podíamos dar crédito. La volvimos a bajar del remolque y la colocamos en el sitio que nos pareció más adecuado, lo más resguardada del viento, algo que allí arriba es difícil.

Y es que allí siempre hace aire. Tememos por la integridad de la estructura, aunque la hemos apuntalado con grandes piedras. Dejamos la caja abierta hasta arreglar la tapa.

Ésta la arregló, con su maestría habitual, Goyo, y conseguimos en una nueva visita un par de días después dejarlo todo de nuevo bien cerrado.

Sustituimos el anemómetro estropeado por otro nuevo y repinté la garita y comenzó a mandar datos como si nada hubiera pasado.

Desde entonces está funcionando sin problemas, y los fallos de conexión que ha tenido han sido debidos a fallos del repetidor de donde capta la señal, por las últimas tormentas.

La imagen de la webcam ahora la hemos podido agrandar a 640x480 pixeles, y es una auténtica pasada. Y hacer más capturas de imágenes.

Pero esto no acaba aquí. Esto es solo el primer paso de lo que queremos llegar a conseguir en los próximos meses.

Ahora hemos logrado buena cobertura y una imagen preciosa, pero carecemos de inversiones térmicas. Y es algo que se puede comprobar cada día, ya que el viento sopla tan fuerte en aquellos altos que es imposible que el frío se deposite.

Vamos, que se comporta como una estación de alta montaña, a 1685m, carente de inversiones, con máximas más bajas que el resto y mínimas más altas. Eso obviamente cambiará cuando se nuble, llueva o nieve, entonces marcará las mínimas de la zona, debido a su gran altura.

Pero la idea es mantener la estructura en la zona alta, captando buena cobertura y bonitas imágenes, y llevar los sensores al valle, a las zonas bajas, donde realmente hace frío los días despejados.

Para ello ya hemos dado un gran paso los días de las fiestas y sigo trabajando para terminar el proyecto de enlazar ambas partes de la estación mediante antenas a larga distancia.

Realmente estamos sorprendidos con los test preliminares de las posibilidades que se nos abren, ya que en teoría podríamos explorar en tiempo real cualquier valle , cualquier hondonada, torca o depresión, sin problemas de cobertura, ya que la captaríamos de las zonas altas.

Todo dependerá de la distancia que seamos capaces de cubrir.

Pero ya lo contaré en una nueva entrada.







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