Este maravilloso enclave es un paleopoljé de unos 1000 m de largo por unos 400 m de ancho, atravesado por el arroyo del Molino, que vierte sus aguas hacia el rio Guadiato.
En las fotos aéreas podemos ver una imagen más reciente en color, y otra en blanco y negro correspondiente a la imagen del año 1956 obtenida durante los vuelos americanos.
En este lugar aún se puede encontrar los restos del acueducto romano denominado Caño de la Escarabita, posteriormente utilizado por los árabes, y que durante los años de esplendor de la ciudad califal, llevaba agua hasta Medina Azahara. El acueducto se ha fechado alrededor del año 942, época de Abderramán III. De hecho, la Fuente del Elefante es una reconstrucción sobre el antiguo acueducto romano. El elefante original fue trasladado por motivos de seguridad al Museo Diocesano, sustituyéndose por una réplica. Se cree que del elefante manaba agua, aunque no de su trompa como rezan algunos grabados. Parece que es un joven elefante asiático, quizás sirio, labrado en piedra caliza. que recibía el agua desde su parte trasera para salir por la zona de los colmillos, a tenor de las concreciones calcáreas analizadas. Entre el 982 y el 1193 estuvo en funcionamiento, y coincidiendo con la decadencia califal y la conquista cristiana de la ciudad, se dejó de usar.
Este paleopoljé se ha ido cubriendo de sedimentos con el paso de los años, disminuyendo el nivel freático.Parece que en la zona había una casa de recreo califal, de la que no quedan restos.
Este precioso enclave ha sido recuperado para el goce y disfrute de todos los amantes de la naturaleza y de la historia de nuestra ciudad, y se han colocado carteles informativos que explican resumidamente lo que yo cuento aquí. La Fuente del Elefante, el Caño de la Escarabita y el Paleopoljé son un enclave realmente maravilloso que merece la pena visitar. Junto al elefante hay una charca donde se pueden observar diversas especies de ranas así como salamandras.
Con frecuencia paso haciendo footing por este lugar, ya que no dista más de 4 km de mi casa, donde se sitúa la estación meteorológica de Trassierra, y siempre paro a beber agua en la conducción romano-musulmana, por donde corre un agua fresca y limpia como el cristal. En primavera es de espectacular belleza todo el entorno, con múltiples encinas y alcornoques centenarios
Es posible que deje algún sensor de temperatura este invierno, y haga una comparación con las mínimas en la estación de Trassierra, a unos 3 km en línea recta, y algo más elevada (440 m) El poljé se encuentra a una altura entre los 395 y los 406 m aproximadamente, rodeado de montañas que no superan los 500 m, muy bien cerrado, y donde puede haber inversiones térmicas muy interesantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario