Tras cerrar la puerta del frío siberiano, que ha dejado registros que han rozado los -10ºC con mínimas no vistas desde hace 3 años, y que nos ha dejado tiesos, se nos abre la puerta atlántica, la de los vientos llovedores, los ábregos, con la borrasca Garoé.
Garoé, nombrada así por Aemet por ser una depresión de alto impacto, es un guiño a los antiguos pobladores de la isla del Hierro, los bimbaches, que adoraban su árbol sagrado ya que decían que lloraba lágrimas de agua. Y así era, cuando los vientos alisios, de este a oeste, cargados de humedad, alcanzaban la isla, ésta se condensaba sobre las grandes hojas del árbol, y comenzaba a gotear. Toda esa agua era recogida por los nativos en aljibes, y les permitía sobrevivir a los años de sequía.
Garoé ya ha dejado muestras de su intensidad, y ha inundado zonas del occidente andaluz, dejando más de 100 mm en algunos pueblos de Huelva.
En Córdoba las precipitaciones han sido cuantiosas, llegando a los más de 35 litros en la capital, entre la tarde de ayer y la madrugada del martes. En zonas próximas a Trassierra se han superado los 60 litros.
Y seguirá lloviendo. El frente de lluvias arremete esta tarde de nuevo, y durante la próxima noche y madrugada seguiremos sumando litros, y podríamos llegar a los más de 100 en las zonas más expuestas sumando todo lo caído, tal como indicaban los modelos.
El jueves la actividad disminuye y es de esperar que no llueva a solo se registre algún chubasco ocasional. Viernes y sábado tendremos una tregua y el domingo, este tren de borrascas que nos va a afectar durante esta semana y la que viene nos volverá a dejar nuevas precipitaciones.
Parece que tendremos un final de Enero excelente en cuanto a precipitaciones.
Bendito Garoé.