Entre las visitas que tenía programadas esta Navidad en mi visita a Zafrilla estaba la Fuente Fría. Nunca antes había estado en este lugar, y tenía muchas ganas de conocerlo. No solo por que ya su simple nombre indica que debe ser un sitio con muy buenos registros mínimos, sino por ir tachando de mi lista multitud de sitios que me quedan por visitar dentro de un término bastante amplio.
Y tengo que decir que la visita fue inolvidable.
La Fuente Fría fue uno de numerosos rentos que hubo en Zafrilla. Aunque los más conocidos son los Collados Verdes de Arriba y Abajo, La Veredilla y la Fuente del Berro, hubo pequeños rentos como éste, las Casas de la Umbría del Oso, el Rento del Prado Redondo y alguno más.
La excursión la iniciamos desde la Fuente del Berro, sitio al que yo había llegado corriendo adelantándome al grupo, como preparación a mi maratón. Son 11 kilómetros maravillosos de cuestas.
Luego anduvimos todo el grupo, dando un agradable paseo de unos 2 km hasta el rento. Los niños fueron con sus bicis.
Aquello es solo un espejismo de lo que fue hasta hace medio siglo.
Las casas del rento están completamente derrumbadas en la media ladera, no se mantiene nada en pie, y quedan aún delimitados lo que fueron los huertos de los que vivían las familias. Goyo padre recuerda perfectamente aquella época. Su familia vivió un tiempo en la Fuente del Berro, muy cercana.
Cuando llegas al valle de la Fuente Fría, tras coger la desviación del camino que sigue hasta la Reclova, notas que entras en un sitio mágico y especial.
Los ojos se te van hacia el este, a dos formaciones calizas impresionantes que presiden desde lo alto todo el valle, bien protegido a los vientos que vienen de los Calares. El Arroyo de los Calares pasa muy cerca del rento, un poco al oeste, labrando un profundo surco sobre la roca caliza.
En la zona baja está la Fuente, de la que manaba algo de agua que rápidamente se congelaba.
En la zona de huertos escondimos de la vista un sensor para ver qué capacidad heladora tiene este sitio, y si realmente da honor a su nombre.
Pero lo verdaderamente interesante son las formaciones calizas que antes comenté, ya muy cercanas a la provincia de Teruel. Sobre todo una de ellas a la que bautizamos como "Cabeza de ET" por su semejanza con el conocido extraterrestre.
Goyo y los niños subieron hasta la cima haciendo "el cabra", y yo tomé algunas imágenes desde el valle. Las imágenes son realmente preciosas.
La sensación es que el "cuello" de esta cabeza imaginaria va a romperse en cualquier momento.
Aunque como dice Goyo, eso mismo pensaba cuando visitó el lugar por última vez hace caso 10 años y aún sigue ahí.
Es posible que dentro de otros 10 años sigamos diciendo que la estructura está a punto de romperse.
El pequeño arroyo que se formaba donde brotaba la fuente permanecía totalmente congelado. Las vistas desde la cima son preciosas. Yo aproveché la salida de la luna creciente sobre la montaña para tomar unas imágenes curiosas, aunque tuve que moverme bastante para situarla donde yo quería.
Este bonito lugar no es tan transitado como por ejemplo la Fuente del Berro. No nos encontramos ni un alma en los alrededores. Los pocos visitantes son los pastores con sus ovejas.
La temperatura a media mañana era realmente buena, se podía ir casi en mangas de camisa, a pesar de que durante la noche se había bajado de los -10ºC.
Pero cuando pasabas por alguna umbría, como la que hay justo antes de llegar a la Fuente del Berro, donde sale el camino que sube al Collado de los Laneros, se te helaba hasta el pensamiento. Pasabas de unos 15ºC a 0ºC en segundos.
Allí situaremos otro sensor próximamente.
Algunos majestuosos pinos o sabinas centenarias se agarraban a la roca, hundiendo sus raíces en ella tratando de no caer.
Tras poco más de una hora disfrutando de este bello lugar volvimos caminando a la Fuente del Berro, para volver al pueblo, donde nos esperaba una sabrosa comida.
Sin duda volveré a este lugar de vez en cuando. Es espectacular.
Lo recomiendo para lo que no lo conozca, aunque seré de los pocos que siguen el blog que no lo conocía aún.
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