Efectivamente, tal como ya preveía al final los intervalos nubosos del sábado acabaron desvaneciéndose poco a poco y dejaron paso a cielos prácticamente azules y nuevamente estamos bajo un sol de justicia, rondando hoy los 25 grados. He tenido la oportunidad de viajar a Madrid en AVE este fin de semana para acompañar a mi cuñado, administrador de la estación de Zafrilla, en su primera maratón, una experiencia que recomiendo. He quedado realmente sorprendido del estado tan calamitoso que presenta el campo, en la zona de mi querida tierra (Valle de los Pedroches), y más al norte, en los valles de Alcudia en Ciudad Real, comarcas de la Sagra y zona de Mora en Toledo y zona sur de Madrid. El campo muestra su lado más triste y penoso, ávido de agua, el verde apenas aparece y cuando lo hace es un verde casi sin vida, que tira más hacia parduzco, y apenas ha nacido la hierba en muchos sitios. Los arroyos, que habitualmente en esta época fluyen todos con abundante agua, están totalmente secos, y los más grandes apenas llevan un hilo de agua. Realmente deprimente. Las predicciones por otras zonas norteñas hablan de posibilidad de lluvias, pero lo que es en nuestra comarca, en nuestra región, muy poca cosa. Pasaremos toda la semana sin ver nuevamente el agua, y existen posibilidades de que en el puente tengamos algo de suerte y nos deje algo de agua un pequeño frente que nos alcanzará entre el sábado y el lunes, en pleno puente del uno de mayo. Ojalá las previsiones se cumplan y nos caigan esos 8-10 litros que algunas previsiones dan, pero prefiero no hacerme ilusiones.
Las temperaturas mínimas, aunque en la capital ya comienzan a ser suaves, en Trassierra aún obligan a no dejar la pelliza, como dicen por mi tierra, en las primeras horas de la mañana. Trassierra ha marcado hoy la mínima en Andalucía con unos casi sorprendentes 4,7 grados, batiendo a estaciones mucho más altas en la zona de Granada y Jaén. Esperemos que el fin de semana veamos por fin nuevamente caer el agua, aunque el daño a las cosechas está ya hecho, y muchas de ellas ni siquiera merece la pena recogerlas.
Parece mentira que el año pasado y el anterior acabamos de agua hasta el gorro. Cómo cambian las cosas.
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