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martes, 18 de julio de 2017

El Toro de Osborne

 
Todos reconocemos la silueta del toro negro en los cerros más altos, junto a las antiguas carreteras nacionales, algunas ya convertidas en autovías. A finales de los 50, como campaña publicitaria para el brandy Veterano Osborne, se colocaron hasta 500 toros por todo el territorio peninsular. Inicialmente de madera y luego vallas metálicas de hasta 14 metros de altura en sitios bien visibles.

En 1988 la ley prohibió las vallas publicitarias junto a las carreteras, y se eliminó la publicidad Osborne, quedando solo la silueta del toro negro. Finalmente se consideró que su silueta estaba tan integrada en el paisaje que se consideró BIC (bien de interés cultural), y así lo podemos ver en infinidad de sitios identificativos de la marca España, como nuestra bandera.


Aunque ya quedan menos de 90 toros en España, todavía es posible verlos cuando viajamos. La provincia que cuenta con más es Cádiz, como no podía ser de otra forma, con 10, seguida de Sevilla con 6. Zaragoza tiene nada menos que 5 y Cuenca 3. En Córdoba solo nos queda uno, el de la Cuesta del Espino.

En algunos sitios como Cataluña, los independentistas han cometido múltiples hechos vandálicos sobre el único toro que allí había, incluso llegando a cortarle los cuernos y los testículos.


En Málaga hay 2, uno de ellos en el cerro de Almayate. Estuve hace unas semanas en Valle-Niza, a pocos kilómetros, y no resistí a la tentación de subir hasta aquél cerro y fotografiarme con semejante ejemplar.

Aproveche mi salida a rodar dominguera y me planté en todo lo alto. El toro se asienta en un cerro con bellas vistas de toda la zona este de la provincia de Málaga, y se puede ver desde La Herradura ya en Granada hasta Fuengirola, más de 100 km de costa. En el cerro donde se ubica se extrajeron en el siglo XVIII las piedras de las canteras para la construcción de la Catedral de Málaga, aunque también parte se obtuvo de las canteras de Valle-Niza, como ya conté en otra entrada.

La zona del cerro, que tiene una cota de 95 m en su parte más alta, tiene bellas vistas. el toro está más pegado a la carretera, a unos 85 m de altura. Es un cerro invadido de tomillo y orégano, donde hay abundantes colmenas y se debe recolectar una estupenda miel.

Una vez arriba, con el sol elevándose aún en el horizonte, inmortalicé mi visita a aquél imponente morlaco, que impresiona cuando estás junto a él. 

Me fotografié junto a él, y junto al pedazo de atributos que lucía, casi tan grandes como mi cabeza. Afortunadamente éste los conservaba.

No entraré en polémicas sobre este tema, ya sabemos los follones que hay en este querido país nuestro entre taurinos y antitaurinos. Pero lo que es un hecho indiscutible es que esta imagen está identificada directamente desde hace muchos años con la marca España, querámoslo o no, sobre todo por los extranjeros.

Y a mí me agrada seguir viéndolo y fotografiarme con uno de ellos, aunque no sé hasta cuándo.




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